Sonó Crazy de Aerosmith. Tres tonos. Esa canción sonaba sólo cuando ella me llamaba y tres tonos significaba que tenía ganas de sexo.
Nada más tocar el timbre, ella abrió la puerta. Estaba desnuda, solo su melena negra le tapaba los pechos. Me acerqué a ella, pero me rechazó. Quería ponerme caliente.
Minutos más tarde estaba jugando con mi polla en su boca, en sus manos, entre sus tetas y luego en su culo. No había experimentado mayor placer que el de verla cabalgándome de espaldas y tocándose. Y yo solo tenía que agarrarla de la cintura.
Cuando quise darme cuenta, ella estaba chupando el semen que brotaba de mi polla y caía hasta el suelo.
E. Tahis Stone.
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