lunes, 31 de diciembre de 2012

El artículo 33






Lo estaba viendo venir y sabía que no iba a poder eludirlo. Era demasiado tarde para cambiar la trayectoria que ambos habían elegido. Cada uno por una razón diferente. Y ambos con la misma firmeza en su decisión. Con lágrimas en los ojos esperó el fatal desenlace. Todo lo que nace, muere. Es el axioma más irrefutable de esta puta vida. Nadie ha logrado probar que no fuera cierto porque todos lo hemos experimentado muchas veces a lo largo de nuestra existencia, pese a sobrevivir en muchos casos. Pero esta vez lo veía venir, directo hacia si: dos faros en mitad de la nada nocturna viajando contra él a toda ostia… y, decididamente, no lo evitaría.

[este texto contraviene una de las normas de este espacio: no tiene una temática erótica. Bueno, tal vez sea así… o tal vez no. El caso es que soy aquí la ley, y yo digo que sí la tiene, por el artículo 33 o del 69 si les parece más sexy. Y a reclamar, al maestro armero; y a saber a Salamanca, chatos]

3 comentarios:

  1. metáforas de la vida..
    que de alguna manera..nos hacen ver.. queramos sí o queramos no... esa levedad.. de nuestra vida..

    sea sexo o carretera..

    Un abrazo... dulce... para vos... señor Brummel.

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  2. Hola señor Brummel he venido solo a recordarle que siendo como es un poeta de los pies a la cabeza, por que eso se nota en sensibilidad desbordada, no puede dejar de aplicar algo sencillo a la vida que es, al menos para mi, método, sí..

    raro verdad?

    pues no..

    método para ser feliz.. igual que se hace con tantas otras cosas de la vida, y se consigue, ser feliz incluso cuando el desanimo está en nosotros, incluso cuando el otro a partido,incluso cuando los que partimos somos nosotros.

    El cerebro es solo un músculo mas.. a ser entrenado.. y yo lo entreno en ser feliz, con LO QUE SI TENGO, aquí y ahora, sea del color y de la luz que sea, da igual, olas que llegan a nuestra vida.. en las que hay que bañarse a diario...

    Un saludo.. cariñoso y muy muy próximo

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    1. Poeta… soñador, más bien y tal vez por imperiosa necesidad… o cobardía. Pero no le negaré que dentro de mí hay un alma del color de la lírica, la del vate que se crea e imagina con el ímpetu de saberse seducido por la vida…

      Besos… próximos, Lady Altair.

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