viernes, 2 de noviembre de 2012

EL APAÑO (por Adán Bovary)






Justo cuando iba a correrse. Las jodidas pilas no tenían compasión alguna. ¡Qué fastidio! Se había acostumbrado a estimularse con su juguete y ya no podía gozar sin su ayuda. Esa noche tenía ganas de una buena paja… ¿qué podía hacer? ¡Claro! Se acordó de él: siempre estaba a esas horas en el chat. Entró y le buscó. Comenzó a excitarle. Cuando creyó que estaba calentito le invitó a llamarla al móvil. <<Insiste, chato: seguro que me haces gozar hasta el orgasmo>>. Él marcó el número dispuesto a darse un festín virtual. Agotó los tonos: nada. Otra vez. Y otra. Chateó: <<¿Qué pasa? ¿Ya no quieres?>>…


…Ella resoplaba feliz con el móvil-vibrador pegado a su clítoris…


2 comentarios:

  1. Jajajajajaja. ¡Qué bueno! me ha encantado el relato y, por supuesto, los recursos de la chica...

    Vengo siguiendo un enlace que me ha dejado Beau Brummel No sé cómo participar en esta aventura fascinante...bueno, ni siquiera sé si seré capaz de escribir algo tan bueno como lo que he leído.

    ¿Me podéis informar?

    Un abrazo.

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  2. Donde no llega Duracell... Llega la imaginación, aunque sea de la mano de la tecnología.


    (se lo digo muy en serio, odio a muerte a esas puñeteras letritas... XD haga algo!!!! suprímalas!!!)

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