"...
Estaba oscuro. No le veía, pero sabía que estaba allí. Sentía su
respiración acelerando mis latidos. No pregunté que iba a suceder. Lo intuía... Lo deseaba...
Me
desnudó de la vergüenza hasta que me dio igual que me viera, que
besara donde me besaba…. Deleité mis sentidos imaginando en la
oscuridad, arrastrada por la violencia de su cuerpo. No hablo, no
dijimos nada. Me penetro y me amo con total brutalidad, sin concesión a
la ternura...
Ignoraba
que pudieran experimentarse esas sensaciones más allá del orgasmo. Que pudiera alcanzarse, con cada uno de los nervios más
placenteros del cuerpo, una dimensión misteriosa, más allá de la
pasión, donde el amor y la muerte... son similares..”